Urea (fórmula química: (CH4N2O), también conocida como carbamida, es una sustancia cristalina que aparece como cristales, gránulos, bolitas o polvo de color blanco. En su mayoría es inodoro o tiene un olor leve a amoníaco y es soluble en agua y ácido clorhídrico concentrado. La urea sintética se crea calentando una combinación de amoníaco y dióxido de carbono.
La urea se usa ampliamente como fertilizante debido a su alto contenido de nitrógeno que se convierte fácilmente en amoníaco en el suelo. También se agrega a la alimentación de animales como el ganado vacuno y ovino para promover el crecimiento y contribuye a una parte importante de sus requerimientos de proteínas.
Las cremas tópicas que contienen urea se utilizan para rehidratar la piel, con formulaciones de urea al 40% que se utilizan para tratar afecciones como la psoriasis y el eccema entre otras.
La urea también se utiliza en la fabricación de otros productos como; detergentes, blanqueadores dentales, resinas y plásticos, papel y barbitúricos (fármacos depresores del sistema nervioso central).
Las rutas de exposición a la urea incluyen; inhalación, ingestión y contacto con la piel y los ojos.
La inhalación de urea puede producir irritación e inflamación del tracto respiratorio. Aquellos con afecciones existentes, como bronquitis crónica o enfisema, pueden sufrir más daños si se inhalan. Los síntomas de la inhalación pueden incluir; tos y dificultad para respirar, pero generalmente la inhalación de pequeñas cantidades no se considera perjudicial.
No se cree que la ingestión de urea produzca efectos nocivos, sin embargo, aún pueden producirse daños cuando hay daño hepático / renal preexistente. La ingestión de cantidades insignificantes no se considera dañina, pero aún puede producirse irritación del tracto gastrointestinal, junto con síntomas de náuseas, vómitos, diarrea, dolores de cabeza, confusión y agotamiento de electrolitos.
La urea es un ingrediente común en los ungüentos para la piel con concentraciones de aproximadamente 2-20%. Sin embargo, las dosis altas de urea pueden producir inflamación e irritación leves, a menudo caracterizadas por enrojecimiento e hinchazón que posiblemente pueden progresar a ampollas, descamación y engrosamiento de la piel. El contacto prolongado con la piel también puede causar picazón y dermatitis. La entrada al torrente sanguíneo a través de cortes o heridas abiertas también puede producir otros efectos nocivos.
La exposición ocular repetida o prolongada a la urea puede causar inflamación caracterizada por enrojecimiento temporal, deterioro temporal de la visión y otros daños oculares transitorios.
Si se inhala, retire al paciente del área contaminada a la fuente de aire fresco más cercana. Acueste al paciente y manténgalo caliente y descansado. Si el paciente no respira y usted está calificado para hacerlo, realice la RCP, preferiblemente con un dispositivo de máscara con válvula de bolsa. Transporte al hospital sin demora.
En caso de ingestión, déle al paciente inmediatamente un vaso de agua. Generalmente no se requieren primeros auxilios, pero en caso de duda, comuníquese con un Centro de Información sobre Venenos o un profesional médico.
Si ocurre una exposición de la piel, quítese inmediatamente toda la ropa y el calzado contaminados y enjuague el área afectada con abundante agua corriente y jabón. Busque atención médica en caso de irritación.
Si la sustancia química se expone a los ojos, lávelos inmediatamente con agua corriente fresca y recuerde lavarse debajo de los párpados. La extracción de lentes de contacto solo debe ser realizada por una persona capacitada. Busque atención médica sin demora.
Las fuentes de lavado de ojos de emergencia deben estar accesibles en el área inmediata de la posible exposición al químico y siempre debe haber una ventilación adecuada para eliminar o diluir cualquier contaminante del aire (instale un escape local si es necesario).
El EPP recomendado al manipular urea incluye; anteojos de seguridad con protectores laterales, gafas químicas, respiradores para polvo de partículas, guantes y delantales de PVC, trajes protectores y botas de seguridad. También se recomiendan cremas protectoras y limpiadoras para la piel en caso de exposición a la piel.
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